Vomitando

Es extraño mantenerse en el borde entre lo mistico-real, y lo pornografico. Son dos realidades que casi siempre se mezclan dentro del àmbito de la exposiciòn pùblica de obras de arte. Coubert, Klimt, Beardsley, siempre anduvieron de un lado y del otro... y yo diciendo aqui que se excluyen, ingenuo yo... no y si, yo, con mis bagajes morales atados al cuello, un observador anònimo, al que yo deseo controlar mediante la tecnologia y que sin embargo se disemina, no, creo que soy yo quien se disemina. La pornografìa y el misticismo eròtico se transmutan y se complementan, uno en lo irreal de la idea, el otro, como su representaciòn fìsica ineludible. Yo tratando un tema mio, una idea, y la pornografia que persigue, que causa mas peso en ese bagaje moral. Liberate- dicen. No existe liberacion total, y no es por el espacio, es por el tiempo, no existe libertad en el tiempo, por lo que nunca existirà liberaciòn dentro del espacio. Seremos seres determinados por nuestro espacio siempre porque en el tiempo todo es uno y hay una cierta racionalidad incomprensible que nos ata, por falta de algo màs, a nuestra bola de hierro espacial.  Piensa en el hombre dicen, y cuando siento en verdad algo por el hombre toda la realidad, todo ese bagaje se me viene encima y se atormenta a sì mismo y yo en el medio de todo, como un sobreviviente de naufragio que emergiò a la pesadilla de la que no se despierta. Voy a vomitar conejos hasta que la bilis emane y ahi sere yo echado en el pavimento frente a mì. Absurdo egocèntrico, narcicista sin espejo. Volemos para siempre sin morir, que la muerte es horrible y es un luego infinitamente postergable, un luego que no deseo ahora. Un luego que se puede morir, matando de una vez por todas a la muerte.