Comentarios varios sobre varios temas, a veces historias a lo Macedonio, otras veces entrevistas, otras veces manuales para la práctica anárquica, acompañados por fotografías del mismo autor, a falta de fotógrafo profesional que de tomando las fotos para acompañar al tema de cada entrada, debido al carácter errático del autor, quien escribe lo que le da la gana, cuando le da la gana, por lo que un trabajo conjunto es imposible

lunes, 28 de junio de 2010

La única exposición de arte en la Alemania nazi, fue la más grande de la historia

Parece que, según los términos actuales de "exposición de arte", la más grande de estos dos últimos siglos, fue sostenida en honor del odio y de la propaganda, se dio a lo largo de cinco meses, entre julio y noviembre de 1937, en Munich, para luego pasar por once ciudades más de la entonces Alemania nazi.

650, de los 16.000 incautados por los nazis, se exhibieron. Cuatro mil fueron quemados, y el resto fueron vendidos a lucro del Reich, o de quien sea.

Cabe señalar que los nazis odiaban el arte moderno, y la mayoría de cuadros pertenecían a esta línea estética.

Yo conozco a mucha gente que odia el arte moderno. No creo que sean nazis, pero cada quien es hijo de su tiempo y circumstancias....

entartete Kunts

Durante años he observado detenidamente el uso de la palabra "degenerado" entre mis días. Nunca me pregunté de dónde venía, cual era su origen. Origen es una buena palabra, ya que "degenerado" viene de esa palabra en parte, es su núcleo, como en genesis, y en progenie, en genitivo, en Genaro y en Eugenio. Degenerado, en términos generales, es aquel que se aparta de su línea de origen. Es por esto que un degenerado es un paria. En la tan desgastada analogía del rebaño de ovejas, un degenerado es la oveja negra, es un "descarriado". Las recientes generaciones han sido el puerto seguro de la oveja negra, debido en parte a que la sociedad moderna impone una necesidad de individualidad, un ansia en los jóvenes de pertenecer a un club de una sola persona, con amplios ventanales hacia la vereda, por la cual nos paseamos, como sonambulistas, el resto de nosotros. Y si. Es que yo siempre he defendido que la verdad está, como dice el proverbio, en el ojo de quien la mire, con una leve alteración: la verdad está en e ojo de quien la logre defender. Por defender no entiendo yo, "el que la defiende frente a un otro montón de idiotas" sino, el que la defiende frente a sí mismo sin fe, el que la defiende frente al tiempo. Y es que somos seres espaciales sin duda; nadie común y ordinario entiende el tiempo. A veces el tiempo es quien nos entiende a nosotros y saltamos en una pata y volamos por los humos, siempre volviendo a tierra, sana tierra del espacio.

Walter Benjamin ya nos advierte de los peligros del tiempo. Nos lo dice contra los futuristas, contra los dadaistas, nos lo dice con sus tesis sobre la historia. Es un terreno absurdisimo el del tiempo. Y no lo digo por lo impredecible, ni por como el hombre le agrega su irracionalidad a esta oscura dimensión. Es una cosa loca como nos sorprende el tiempo a cada segundo (midiendo) y a cada momento (sintiendo).

No existen degenerados propios ahora ni nunca los hubieron. Seremos hijos de nuestro tiempo, y el tiempo seguirá siendo oscuro e insondable, como un ocho recostado, que responde al nombre de Moebius.

lunes, 21 de junio de 2010

Los Submarinos

El agua ahogó los gritos.

Al meter su cabeza en el frío, el ruido se alejó.

¿O era él quien se alejaba?

En un principio no le puso mucha atención a ésto, el ruido era demasiado, la imagen del mundo allá, también.

Pero luego el pensamiento de su lejanía lo embargó, al tiempo que sentía que su aire se agotaba, y que su cuerpo se olvidaba del calor del sol.

¿Quiénes son los submarinos?

Ellos que se olvidan, ellos que se ahogan, ellos que se alejan.

Se propuso bajar un poco más.

El que juega lo suficiente a ser fantasma, termina convirtiéndose en uno.

Un ahogado más buscando costa, en las páginas de un libro, en un recuerdo suspirante, en miradas desconfiadas.

Un sueño más, que se acaba en el despertar de un otro, en otro mundo, al otro lado de la realidad.

viernes, 18 de junio de 2010

Ciclo de encuentros en memoria de Bolívar Echeverría, en Quito, Ecuador


El primero encuentro se dió en la FLACSO de Quito, el 9 de Junio. Ahí hablaron Iván Carvajal, Valeria Coronel y Julio Echeverría. Se plantó un árbol en memoria del fallecido filósofo ecuatoriano.




El segundo se dió ayer, 16 de Junio, a las cuatro de la tarde, en el hemiciclo de la FLACSO de Quito, con intervenciones de Alexei Paez, Fernando Tinajero, Wladimir Sierra, etc.


El tercero y último se dio hoy, 17 de Junio, a las cinco de la tarde, en el paraninfo Che Guevara de la Universidad Central del Ecuador, con la participación de Rosa Echeverría, Alejandro Moreano y Fernando Tinajero, entre otros.


Hubo gran concurrencia a todos los eventos mencionados, las intervenciones fueron a la vez teóricas, (sobre el significado y valor del aporte del filósofo al entendimiento del latinoamericano, frente a la concepción eurocentrista, en el sentido occidental, de la modernidad, además de la importancia de un ser y estar revolucionario, en un sentido actual), y personales, al rememorar la vida y contacto de Bolívar con sus familiares ecuatorianos.


 (Las fotos son mías, los derechos, pseudoreservados)

Shake it, like a ladder to the sun

airstrip... un monton de drogas que no aguanto

la calle debajo, montpellier... dos hombres por un poco de hasish

persiguiendo patinetas en el parque de la carolina

un hombre nos regala algunos gramos en paris...

cogollos desgraciadamente enormes... en una caja debajo del asiento...

un porro a cuatromil metros de altura...

cerveza y un green tambourine
un poco de vagina en un estadio parisino...
mesaclina en el ponciano...

alcohol en el baño de la casa

psilocibina en el bus a Quito...

ron a las nueve de la mañana en el parque de mi casa

acidos en villa regina....


mdma en arnhem...

montañas de hierba en las dunas de atacames

canteismo en amsterdam

lagrimas en el suelo

ibogaine on the campaign trail, 72´


jalea real en el rave, carne de los dioses
vomitado en una ducha de grenoble

salvia en el subsuelo...

suelo a cinco centimetros del cielo, en reepublica dominicana


Confieso que he vivido, en otro lado, siendo otro...

jueves, 17 de junio de 2010

Entre en el teatro
y me dije a mí mismo
parado en las tablas
¿qué haces ahí?

Y el público me mandó a callar
Ignorance IS bliss

El futuro de la fotografía

No quiero empezar, aunque ganas no me faltan, con un cita sobre las horripilantes consecuencias de un arte en la época que vivimos.

Me aterra ser fotógrafo. Existen millones de megapixeles. Existen millones de propuestas. Ya no estamos para la misma mierda. Sin embargo... yo amo esa mierda. Me gusta sentir el olor del photoshop, de los lentes baratos y defectuosos y manuales. Y qué puedo hacer. De mil fotos hay cuatro buenas. Y no en el sentido tradicional de buenas fotos. No necesito una leica, ni una hasselblad ára sacar una bella foto. Pero si necesito algo mas. Mas alla de mi persona como observador... Algo falta... ¿Será más photoshop?

martes, 15 de junio de 2010

All you need

Solo se necesita de un talentoso pesimista para que cien ingenuos optimistas se conviertan en verdaderos realistas.

domingo, 13 de junio de 2010

Un leve acomodarse

Oia la vos de un viejo al otro lado de la calle... era el ciego lopez... rezando el pobre... oi sus manos al cielo...

yo tuve una mano de los pelos, la mano caliente de sudor me subió por el cuello, me cogía de los cabellos.

mi frente se estiró como un cielo de verano... de frente estaba yo

tengo tres estrellas en mi cara...

maldita sea la puta de tu madre que me duele

olia la calle, le olí la frente al ciego, del otro lado de la calle el puto viejo ciego y yo que sangraba del costado mugriento de camal de tortura

puto viejo que rezaba sin gritar...


puto santo de esquina...



viv...

y el angel?


nada y yo oia como me puteaban y a mi madre que ni a mi viejo se tiró---

solo sentí calientito como me partió el hombro... y me voltié en ese calientito que me regaba el hombro, del lado

el resto no senti tan calientito pero igual...

rozando mis costillas... calientito... como esa agua que llovia en la playa, como esa agua que salia del grifo rica ric...

sábado, 12 de junio de 2010

Bípedo implume

Un cuarto de milla... 400 metros...

un asfalto negrisimo y el flanco de humanidad... pensando en cada cara y cada expresión y cada pensamiento de mierda que atormentaba y pesaba en sus rodillas...

Después del cuarto de milla no escuchó más del megáfono...

no se escuchaba el pensar...

no se escuchaba nada, o el ruido de la mente no dejaba transitar el ruido desde afuera, y el ruido de cada músculo en constricción ahogaba todo ruido, ruido ruido, ceguera auditiva, ceguera mental, y uno sigue viendo... el asfalto negrísimo....

yo se, quien anda persiguiéndome, yo se, quién anda a mis espaldas, yo se quién es ese noruego, blanco como lejía, yo se quién es ese... el vecino, salundando. yo se quien es Él, y... quién es el.... y..... quién soy yo?

La Línea Blanca se acerca como la muerte, cruzando el negro asfalto...


La Pregunta queda sin respuesta.

The voice on the back of your head

Ya habían tocado un par de canciones cuando se lo preguntaron.

- Por qué nunca se quita el sombrero?

- Nunca? - Respondió.

Nunca nadie lo ha visto sin un sombrero.

Su cara, llena de sombras, nunca vio mas luz que la del amanecer y del ocaso.

martes, 8 de junio de 2010

Manifesto

Al hiperrealismo, al supra o surrealismo, hay que chocar con realismo, sano, interpretativo, real... no cientifico, no fantacioso.... solo la realidad exaltada. ella, pero para nosotros, no dalí, nada de esto: http://postomania.ru/post125506495/ ... solo lo cotidiano, lo cuotidiano, lo bello, el niño en la calle, el cigarrillo consumiendose... todo, y nada... la nada del humano, no el todo descriptivo empirico, ni lo que no es... solo lo que es, para mi y para ti...

lunes, 7 de junio de 2010

Delta (plan para novela en entregas)

Caminabamos los tres por la noche. Calles desiertas de miercoles en la capital, solo un gato negro adornando de movimiento las calles naranjas. Eramos tres, diseñando el largo fin de semana que se extendería entre el jueves a punto de llegar, y un lunes del que no conociamos más que el nombre. Mañana saldriamos los tres. Un bus, doce horas atravesando la noche y sus brumas de montaña, hasta llegar a Delta. Pero antes hoy día. Hoy noche. Caminamos los tres hasta Storyville. Entramos en un bar lleno de gente colorida y oscura, caras felices, ejecutivos saliendo del trabajo, ejecutivos de doble vida. Ahi encontramos al Rastafari y al Niñoniña. Gritábamos para entendernos entre el ruido de los parlantes y de las voces, alaridos y murmullos. El Rasta me pasó su radio para escuchar sus nuevas creaciones electricas. El Niñoniña aseguraba unos toques para el resto de la noche. Los tres éramos yo, mi hermano Andrés, y Delirio. Solo dos salimos del antro, Delirio sucumbio a las tentaciones de una noche de cocaina y mujeres y cervezas, cosa normal en Storyville.

Al otro día, después de una despedida con mi pequeña, nos embarcamos solo dos. La noche cobró sus deudas y Delirio marcó calabera postrado en un sillón de terciopelo, con laureles colombianos, emperador máximo del sueño.

El bus salió a las cinco de la tarde, dejando atrás lo bello y lo horrible de una ciudad tibia entre extremos. Doce horas más tarde, frente a toda la humanidad de Delta, recordaría el carro de mi pequeña cruzando la bocacalle, destino casa.

Un bus que atraviesa un país es una visión horripilante de inclinaciones y desbancos. Volcanes amenazan las fragiles ventanas y el viento entrando por los angostos valles, crea un espectaculo como de auroras boreales. Claro que todo esto sucede mientras uno va roncando en el puesto 35-36, o escuchando música a medio volumen con las percianas cerradas, temiendo la oscuridad y las luces que penetran cuando uno va de pasajero en un bus a 90 kilometros por hora. Todo el paisaje se sucede hasta que llega la mañana y la realidad se vuelve paramo, indios, verde en el suelo y blanco en el cielo, y todo quebrado por la realidad impenetrable de las montañas, con su negro aparecer. No hay amanecer en estas latitudes, no debajo de estas montañas nebulosas. Solo un resplandor de algún color parecido al azul de una laguna clara a medianoche, que luego se vuelve más azul, más brillante pero nunca más claro. y luego, de pronto, blanco. Así vi los campos, luego los suburbios, y luego, Delta, viernes, ocho de la mañana.

El terminal de Delta es como cualquier otro terminal de provincia. Aburrido, lleno de gente de la costa buscando robar o hacerse de algún negocio. Viejas vendiendo comida y recuerdos de un lugar al que no quieres volver, o de cualquier otro lugar del pais, para los extranjeros ingenuos. El baño costaba 20 centimos; mi hermano fue a mear en la vereda, yo delibere un inodoro en un restaurante de pollo horneado.

Nos encontramos a un lado del charco y preguntamos a un policia como llegar al centro. El bus costaba otros 20 centimos por cabeza. Caminamos.

Yo no buscaba nada. Mi hermano, buscaba una licoreria y una panaderia. Un pan y un trago, te llevan a alturas insospechadas de energía cuando pasas hambre. Y nosostros necesitabamos energía. No habíamos dormido en 14 horas, no dormimos en el bus. Delta se presentaba con una máscara de malla; observas una realidad pintada, la máscara, y detras deambula un rostro de mil caras indefinibles. No llegue a imaginar lo que me esperaba en esas caras.(Continuará...)

domingo, 6 de junio de 2010

Bolívar Echeverría

Bolívar Echeverría murío hoy. Uno grande, de los más grandes que han nacido en tan bello sitio. Uno grande, tan cerca, tan lejos. Todos nacemos y morimos. El hoy es de granos de arena, parece. Ya nadie es grande, y los grandes se mueren.

Dejen lápices, dejen plumas, dejen máquinas; dejen esferos, dejen teclados...