Comentarios varios sobre varios temas, a veces historias a lo Macedonio, otras veces entrevistas, otras veces manuales para la práctica anárquica, acompañados por fotografías del mismo autor, a falta de fotógrafo profesional que de tomando las fotos para acompañar al tema de cada entrada, debido al carácter errático del autor, quien escribe lo que le da la gana, cuando le da la gana, por lo que un trabajo conjunto es imposible

lunes, 28 de junio de 2010

entartete Kunts

Durante años he observado detenidamente el uso de la palabra "degenerado" entre mis días. Nunca me pregunté de dónde venía, cual era su origen. Origen es una buena palabra, ya que "degenerado" viene de esa palabra en parte, es su núcleo, como en genesis, y en progenie, en genitivo, en Genaro y en Eugenio. Degenerado, en términos generales, es aquel que se aparta de su línea de origen. Es por esto que un degenerado es un paria. En la tan desgastada analogía del rebaño de ovejas, un degenerado es la oveja negra, es un "descarriado". Las recientes generaciones han sido el puerto seguro de la oveja negra, debido en parte a que la sociedad moderna impone una necesidad de individualidad, un ansia en los jóvenes de pertenecer a un club de una sola persona, con amplios ventanales hacia la vereda, por la cual nos paseamos, como sonambulistas, el resto de nosotros. Y si. Es que yo siempre he defendido que la verdad está, como dice el proverbio, en el ojo de quien la mire, con una leve alteración: la verdad está en e ojo de quien la logre defender. Por defender no entiendo yo, "el que la defiende frente a un otro montón de idiotas" sino, el que la defiende frente a sí mismo sin fe, el que la defiende frente al tiempo. Y es que somos seres espaciales sin duda; nadie común y ordinario entiende el tiempo. A veces el tiempo es quien nos entiende a nosotros y saltamos en una pata y volamos por los humos, siempre volviendo a tierra, sana tierra del espacio.

Walter Benjamin ya nos advierte de los peligros del tiempo. Nos lo dice contra los futuristas, contra los dadaistas, nos lo dice con sus tesis sobre la historia. Es un terreno absurdisimo el del tiempo. Y no lo digo por lo impredecible, ni por como el hombre le agrega su irracionalidad a esta oscura dimensión. Es una cosa loca como nos sorprende el tiempo a cada segundo (midiendo) y a cada momento (sintiendo).

No existen degenerados propios ahora ni nunca los hubieron. Seremos hijos de nuestro tiempo, y el tiempo seguirá siendo oscuro e insondable, como un ocho recostado, que responde al nombre de Moebius.

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