Que Feo

Hoy estuve leyendo unas opiniones de oposición al gobierno actual, luego las mezcle con las opiniones de quienes apoyaban al gobierno. Pocas veces antes he visto algo más horrible. De ambos lados se lanzan agresiones. De ambos lados, en documento firmados, vi faltas de ortografía gravísimas, y no de las que ruego me perdonen en estos comentarios míos, faltas graves que pienso que se deben o a la furia y velocidad con la que fueron escritos los comentarios, o, y en ambos lados se nota, al analfabetismo. La falta de limpieza en su forma de expresarse, no se, el odio profundo y que mueve a la gente a escribir a ese tipo de cosas que leí, que feo. Yo no apoyo una revolución, ni ciudadana, ni social, ni socialista, la revolución que necesita nuestro contexto va mas allá de la palabra "revolución", que suena a pelearse contra los policías, o armar guerrillas y derrocar gobiernos corruptos. En esta época hay una necesidad de desechar todas esas malformaciones del lenguaje. No debemos utilizar ni predicar palabras que no entendemos. En esas grabaciones publicadas por un ex-miembro de AP, que ahora es miembro de SP, grabadas por Ricardo Patiño, se le escucha a este último la palabra "chucha" en un contexto no sexual, ahora, yo, en mi lenguaje cotidiano utilizo esa palabra unas cuarenta a setenta veces al día dentro de numerosos contextos, pero con mis amigos, cuando se me cae algo, cuando hace frío, cuando me sorprendo o me asusto, pero ¿frente al Presidente de la República? Dudaría en usarla. En las cadenas de los sábados, dicho Presidente, nuestro Presidente, ya que soy ecuatoriano, algo que justo hoy me preguntaba qué significa, dicho Presidente, habla y habla y a veces me convence de que algo bueno se está haciendo a nivel de Gobierno por el país, pero otras veces me convence de lo contrario, cuando ofende a quien le ofendió, cuando toma actitudes impropias para un cargo tan alto, el más alto de los que se puede tener en cualquier lugar de este mundo, un cargo que no solo se lo pesa en la cantidad de poder que sobre el descansa, sino tambien en lo simbólico de su altura. Hay libertades que se puede tomar uno cuando está borracho, o cuando está en el estadio, o cuando está viendo las noticias, pero en una cadena nacional, en un despacho presidencial, o frente a una multitud de gente que va de lo más humilde y que miran en su cargo algo de sagrado, hay cosas que no se deben decir, que no se deben hacer. El periodo presidencial y de gabinetes y ministerios dura cuatro años. Solo espero que ese lapso se cumpla, la gente deje de soñar en cosas irreales, desde los partidarios del gobierno hasta los opositores, y que vean la realidad, que no esperen de los "medios de comunicación" para aprender sobre lo que pasa, que dejen de hablar y se pongan a hacer, que dejen de insultar que eso solo crea la bien llamada "pica", que lean, que busquen, para que entiendan mejor cual es el verdadero problema. No son los 25 ni los 60 ni los 170 años de corrupción, ni el colonialismo lo que nos detiene de ser lo que somos, lo que nos separa de esa realidad somos nosotros mismos. Cuando le mires al de a lado y veas y te des cuenta de que lo único que te une a el es que los dos son humanos, tal vez hombre, tal vez mujer, que los dos necesitan comida, cagar, dormir 8 horas al día, ni una más ni una menos y nada más, entonces las "revoluciones" y los "golpes de estado" serán inútiles, las fronteras, las industrias, las vacas masacradas y los aviones, todo será inútil. Yo por mi parte creo que el arte es lo único que nos va a salvar a todos, pero aprendí que hay gente que ni siquiera escucha música, que no ha leído un libro en toda su vida no por analfabeto, bueno fuera, sino porque no le gusta leer, que hay gente que ve un cuadro hermoso, ve miles de cuadros hermosos y lo único que puede hacer para apreciarlo es sacarle una foto, que hay gente que piensa que el teatro es elitista y no sabe que se lo puede hacer en la calle o en la cama, sin saber ni leer ni actuar, que hay gente que no canta porque piensa que tiene fea voz o porque nunca le viene esa gana de gritar una canción que le gusta, que no coge un instrumento musical porque es muy difícil tocar y no tiene tiempo. A pesar de todo sigo creyendo que el arte nos va a salvar a todos, aunque el artista tenga que cargar con pesos enormes, cargar con toda esta gente que no entiende que hay algo más allá de lo bueno, y que eso es lo bello.